El actual contexto que vive la Argentina y el próximo hace que se replanteen varios aspectos tributarios uno de ellos es el de aumentar impuestos a las personas físicas, esta propuesta parte de Jorge Gaggero, investigador del Cefidar además de formar parte del Plan Fénix, propone esto para contrarrestar que el sistema tributario deja escapar demasiado dinero en forma de fuga de capitales, además de los actuales niveles de uso de paraísos fiscales por parte de los mismos que fugan capitales.
Por lo que estima que debe replantearse parte del sistema tributario y aplicar medidas que graven las ganancias de capital, ya que considera que tienen demasiado bajos los impuestos patrimoniales, a la vez que la actual tasa del Impuesto a las Ganancias es alta para las empresas pero baja para las personas, algo que debería replantearse no bajando el de las empresas pero si subiendo el de las personas físicas.
Cree que el sistema impositivo de Argentina tiene puntos que terminan favoreciendo a las llamadas «actividades especulativas de rápida maduración de negocios» donde no se anclan capitales. Entre las que se destaca, el levantar countries y la práctica de especular con el sistema financiero, el único castigo se da para la actividad productiva.
Promueve que se activen medidas que penalice y se deje de favorecer la fuga debido a la falta en el sistema argentino de una tributación sobre la ganancia de capital, un ejemplo es que los niveles más altos de riqueza pagan solamente Ganancias pero por la cuarta categoría a la vez que poseen la propiedad sobre sus compañías ya que son sus directores, habría que poner la lupa sobre el monto que ellos mismos se encargan de darse por ser directores, los mismo considera que son montos marginales comparados con sus ingresos. Por lo que dichas «rentas especulativas» se las debería pasar a gravar volviendo al tributo a las ganancias de capital sería traer algo desde los 90′ similar al Impuesto sobre las Ganancias Eventuales, no es una moda que vuelve pero al parecer es algo que funcionó.
También habría que reveer lo referido a la imposición sobre las actividades productivas, ya que un arancel del 35% sobre la empresa que haya sido formalmente constituida representa un nivel demasiado alto en el contexto internacional. Así como las diferencias que se da respecto a la media de la alícuota marginal de empresas a nivel internacional se ubica en el 29%, mientras que dentro de Latinoamérica se ubica en el 27%. Estos son aspectos que deben ponerse en discusión y reglamentar cambios.
Lo referido a la propiedad, la misma se grava a niveles que el mismo declara como infame, con el consecuente atraso sobre las valuaciones, además del bajo nivel de las alícuotas. Considera que este tipo de impuesto es el «más anclado en Argentina», además de que la propiedad no fuga, por lo que debería estudiarse su gravamen bajo.
Además del impuesto a las personas físicas asociado al gravamen societario. El impuesto más alto es del 35% para las personas físicas y similar a lo que toca a la empresa. Por lo que aquí existe según considera un desaprovechamiento en la recaudación que captan los fiscos extranjeros, a lo que llama «fuga lícita con patente estatal». Da el ejemplo de que las compañías multinacionales, remiten dividendos, pero lo hacen al abonarle a sus accionistas en el país de origen, resalta que estas multinacionales en sus respectivos países de origen registran impuestos marginales máximos sobre las personas físicas que va entre el 40% pasa por el 42% y alcanza el 45%.
Se debe aplicar algunos cambios, pero que se debe evitar violar los tratados y no caer en la doble imposición, y no sobrepasar la alícuota marginal máxima del país proveniente del capital que puede ser del 45%, lo que propone es una retención en frontera sobre la diferencia que se da entre el 35% que paga en el país la empresa y el arancel que se le cobra al haber fijado la alícuota máxima sobre las personas. Por lo que en el caso de una alícuota del 40%, viendo el total de pérdidas que se dio en 2005 debido a que no se retuvo 5 puntos, sobre la remisión de utilidades en el caso de las multinacionales, la cifra llegó a u$s700 millones. Y en los siguientes años fueron más todavía.
Fuente: Iprofesional
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